El blog de Jorge
5 cosas que debes saber antes de elegir un socio
Una amiga me contó hace poco que estaba disolviendo la empresa en la que tanto empeño había puesto desde hacía un par de años. Lo primero que pensé fue que no les había ido tan bien como pensaban, sin embargo, luego de preguntarle, me respondió: diferencias con mi socio.
Conforme fueron pasando los días, me fue contando algunas otras cosas, como, por ejemplo, que en la disolución estaban estancados en un punto ya que él no quiere darle su inversión y parte de las ganancias que se generaron. Finalmente, me cuenta, bastante desganada, que la actitud de ambos es muy mala en las reuniones que han tenido para intentar llegar a un acuerdo.
Tener un socio puede ser crucial para el crecimiento de una marca, ya que, además de generar valor, con su trabajo o capital, puede hacerlo dando una visión distinta de las acciones que se tomen. Tener un socio también es embarcarse en una relación, que, como cualquier otra, puede tener altibajos. Por eso, es mejor tener en cuenta algunas cosas antes de hacerlo.

Empezar una empresa o hacerla crecer no es algo sencillo y se necesitan muchas cosas más allá del esfuerzo diario. En el proceso vamos a identificar algunas cosas que se pueden escapar de nuestras manos, por ejemplo, las ventas, el manejo de redes sociales, la operatividad de la marca, entre otras cosas. Está bien, no tenemos que ser expertos en todo, sin embargo, tenemos que cubrir esas necesidad para avanzar. Por eso, en este punto, es importante pensar si esa necesidad puede ser cubierta por un trabajador o si necesitas un socio que se haga cargo de eso.
Una vez que identificas que necesitas un socio, ¿tienes a alguien en mente? Hay que tener en cuenta que si bien es cierto un socio se puede convertir en amigo (y un gran amigo en mi experiencia en Once Once), un amigo no necesariamente va a ser un buen socio. La amistad, por lo general, tiene tintes de incondicionalidad, sin embargo, en una sociedad, se espera que ambas partes cumplan con determinados roles y obligaciones para que todo fluya en paz y en beneficio de la marca.
Ya dije que una sociedad es una relación y como cualquier otra, requiere un involucramiento que va más allá del trabajo. Conozco socios que, en algún momento, decidieron irse a vivir juntos. Sin ir muy lejos, en algún momento, Arantxa, otra socia que teníamos en ese momento y yo, también lo pensamos. Con eso quiero decir que si bien, el trabajo es uno, este va a reflejar parte de la visión de vida de una persona, por lo cual, es importante conocer cómo piensa la persona, cómo reacciona en determinadas situaciones, entre otras cosas, para poder saber cómo afrontar algunas crisis o momentos que de todas maneras van a haber.
Si ya estás decidido, ¡prueba! Para eso existen las sociedades temporales o joint ventures. Este tipo de asociación estratégica temporal, de corto, mediano o largo plazo, te permitirá probar y evaluar el éxito de la sociedad. En caso que la evaluación sea positiva, puedes renovar por un periodo más o lanzarte a una sociedad más definitiva.
Deja todo por escrito. Estás hablando de ponerle check a tus sueños y con eso, no se juega. Por eso, por más confianza que exista entre tu nuevo socio y tú, haz un contrato en el que estén las responsabilidades y compromisos de cada parte. Además, también tienes que tener cláusulas que especifiquen qué sucede en caso de una posible disolución. Así, en caso de algún problema, papelito manda.
Mi experiencia dice que tener socios puede llegar a ser muy gratificante cuando las personas se comprenden, respetan y admiran mutuamente. Por eso, antes de alocarse y buscar soluciones rápidas, es mejor calmarse, pensar bien en las necesidades e intentar encontrar a las personas adecuadas, igual que la vida misma.
- Jorge